Nuestra historia

La presencia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Palencia se remonta a 1903, cuando a instancias del Obispo Enrique Almaraz se establecieron en un pequeño edificio en el nº 2 de la calle del Arco (hoy Santo Domingo de Guzmán), para regentar una de las dos escuelas que funcionaban a cargo de la Propaganda Católica.

Nuestra historia

La presencia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Palencia se remonta a 1903, cuando a instancias del Obispo Enrique Almaraz se establecieron en un pequeño edificio en el nº 2 de la calle del Arco (hoy Santo Domingo de Guzmán), para regentar una de las dos escuelas que funcionaban a cargo de la Propaganda Católica.

La presencia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Palencia se remonta a 1903, cuando a instancias del Obispo Enrique Almaraz se establecieron en un pequeño edificio en el nº 2 de la calle del Arco (hoy Santo Domingo de Guzmán), para regentar una de las dos escuelas que funcionaban a cargo de la Propaganda Católica. Un año antes se había recibido desde la localidad de Dueñas una solicitud para acoger a los Hermanos, que ya llevaban dos décadas trabajando en Valladolid, pero el futuro Cardenal juzgó más urgente establecer esa primera escuela en la capital, de modo que en octubre de 1903 comenzaron las clases con tres Hermanos (Fausto Luis, Sinfronio y Ovidio) y una matrícula de 115 alumnos. Tal fue el crecimiento en el número de alumnos que en 1907 hubo que abandonar el local por falta de espacio para las clases que se demandaban.

De allí se pasó a la calle Gil de Fuentes, a unos locales alquilados algo más amplios, pues debían acoger las cuatro clases gratuitas más las tres de pago establecidas en ese mismo año, abiertas para sufragar los gastos de las otras cuatro.

En 1915 los Hermanos abandonaron la escuela de la Propaganda, al no llegar a un acuerdo económico con el nuevo Obispo, quien no podía hacerse cargo de los gastos. A punto estuvieron de retirarse, de no ser por los esfuerzos del H. Eliseo, que logró convencer a los superiores de la necesidad de permanecer en la ciudad. Para ello la escuela gratuita tuvo que convertirse en un centro de pago, aunque manteniendo el mismo nombre de Colegio “La Salle”, y se alquilaron dos casas en la calle Virreina, nos 13 y 15 (actualmente Eduardo Dato) en las que se impartía la Primera Enseñanza y la Comercial, lo que implicó un aumento del número de alumnos, de aulas (12) y de Hermanos (pasando la Comunidad de 7 a 19).

Desde 1928 y hasta 1943 existió –simultáneamente con el Colegio– la “Escuela del Sindicato Católico de Obreros”, una obra popular abierta a petición de dicho Patronato y del Obispado, en el mismo solar de la calle Gil de Fuentes en el que estuvieron los Hermanos, en la que llegaron a funcionar hasta cinco clases.

Por último, en 1941 se compró un solar en la confluencia de las calles Colón y San Bernardo, que era propiedad de las religiosas Bernardas –si bien el solar había sido fundado en 1580 por Santa Teresa para establecer allí un monasterio carmelita–, en el que se levantó el actual edificio que hoy alberga al Centro. Diseñado por el arquitecto D. Pedro Ispizua, es una construcción bella y armónica, con un excelente aprovechamiento del terreno, a pesar de las dificultades que surgieron durante su construcción (como fue el hundimiento de su estructura en enero de 1941). Allí se trasladaron las clases en febrero de 1942, aunque el pabellón de las clases no se pudo inaugurar hasta un año más tarde.


La vitalidad del Colegio pronto se mostró en frutos como el aumento del número de alumnos y la creación del internado, la integración armónica de muy diversas enseñanzas (desde la Primera Enseñanza al Bachillerato, pasando por el Peritaje Mercantil o la Enseñanza Comercial), los éxitos académicos, el fomento de la educación física y el deporte (con la celebración de los festivales gimnásticos y las carreras ciclistas, o la construcción del complejo deportivo de la carretera de Villalobón), la realización de numerosas actividades extra-escolares (certámenes literarios, festivales musicales) y la creación de grupos que han contribuido a la educación religiosa de los alumnos, como las Congregaciones del Niño Jesús, Mariana o de San Juan Bautista de La Salle, el Grupo Scout “Nubis” o los Grupos de profundización en la fe.

Los años 60 fueron tiempos de renovación espiritual y académica, expresados en el Concilio Vaticano II o en la Ley General de Educación de Villar Palasí. Cambia el modelo educativo, pasando de una “Escuela de los Hermanos” a una “Escuela lasaliana”, con una mayor presencia de profesores seglares en todos los ámbitos. En los últimos años, a partir de las nuevas leyes educativas, se han introducido aspectos como los conciertos educativos, la enseñanza mixta, la modificación y reestructuración de casi todos los locales, la celebración de las Semanas Culturales, la integración de las TICs en las aulas, o la implantación del aprendizaje cooperativo y del bilingüismo… para las cuales el profesorado continúa preparándose con una formación permanente acorde a los nuevos retos que exige la sociedad actual.

En este momento cuenta con un total de 800 alumnos, 48 profesores y una Comunidad compuesta por 5 Hermanos. Tiene 6 aulas de 2º ciclo de Ed. Infantil, 12 de Ed. Primaria, 8 de Ed. Secundaria y 2 de Bachillerato, de las modalidades Ciencias de la Naturaleza y Humanidades. Desde 1903 han pasado por sus aulas más de 12.000 alumnos, 420 religiosos y más de 100 profesores seglares, animados por 24 directores, los HH. Fausto (1903-05), Esperato José (1905-14), Eliseo (1914-20), Aproniano (1920-24), Filiberto Eloy (1924-26), Juan Optato (1926-33), Darío Peña (1933-37 y 1946-51), Octavio María (1937-39), Eliseo Andrés (1939-44), Luis Rubio (1944-46), Alfonso (1951-53), Timoteo García (1953-59), Pedro Valmaseda (1959-62), Julián Urraca (1962-67), Félix Pinedo (1967-74), Abelardo (1974-76), Xosé Martínez Reboiras (1976-79), Arsenio Carpintero (1979-84), Julián Tejedor (1984-89), Fco. Javier Riaño (1989-95), Antonio Ezquerra (1995-01), Andrés Corcuera (2001-03), José Antolínez (2003-09), D. Fco. Javier del Valle (2009-16), Javier Abad (2016-23) y el actual D. Juan Antonio Rojo (2023-…)..

La labor lasaliana en Palencia se amplió en 1990 con la apertura de una nueva obra en el barrio de Pan y Guindas, el Centro Educativo “La Salle Managua”, que continúa en la actualidad ofertando diversos módulos de Formación Profesional en las especialidades de Fabricación y montaje, Servicios comerciales, Cocina y restauración y Peluquería y estética.

La presencia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en Palencia se remonta a 1903, cuando a instancias del Obispo Enrique Almaraz se establecieron en un pequeño edificio en el nº 2 de la calle del Arco (hoy Santo Domingo de Guzmán), para regentar una de las dos escuelas que funcionaban a cargo de la Propaganda Católica. Un año antes se había recibido desde la localidad de Dueñas una solicitud para acoger a los Hermanos, que ya llevaban dos décadas trabajando en Valladolid, pero el futuro Cardenal juzgó más urgente establecer esa primera escuela en la capital, de modo que en octubre de 1903 comenzaron las clases con tres Hermanos (Fausto Luis, Sinfronio y Ovidio) y una matrícula de 115 alumnos. Tal fue el crecimiento en el número de alumnos que en 1907 hubo que abandonar el local por falta de espacio para las clases que se demandaban.

De allí se pasó a la calle Gil de Fuentes, a unos locales alquilados algo más amplios, pues debían acoger las cuatro clases gratuitas más las tres de pago establecidas en ese mismo año, abiertas para sufragar los gastos de las otras cuatro.

En 1915 los Hermanos abandonaron la escuela de la Propaganda, al no llegar a un acuerdo económico con el nuevo Obispo, quien no podía hacerse cargo de los gastos. A punto estuvieron de retirarse, de no ser por los esfuerzos del H. Eliseo, que logró convencer a los superiores de la necesidad de permanecer en la ciudad. Para ello la escuela gratuita tuvo que convertirse en un centro de pago, aunque manteniendo el mismo nombre de Colegio “La Salle”, y se alquilaron dos casas en la calle Virreina, nos 13 y 15 (actualmente Eduardo Dato) en las que se impartía la Primera Enseñanza y la Comercial, lo que implicó un aumento del número de alumnos, de aulas (12) y de Hermanos (pasando la Comunidad de 7 a 19).

Desde 1928 y hasta 1943 existió –simultáneamente con el Colegio– la “Escuela del Sindicato Católico de Obreros”, una obra popular abierta a petición de dicho Patronato y del Obispado, en el mismo solar de la calle Gil de Fuentes en el que estuvieron los Hermanos, en la que llegaron a funcionar hasta cinco clases.

Por último, en 1941 se compró un solar en la confluencia de las calles Colón y San Bernardo, que era propiedad de las religiosas Bernardas –si bien el solar había sido fundado en 1580 por Santa Teresa para establecer allí un monasterio carmelita–, en el que se levantó el actual edificio que hoy alberga al Centro. Diseñado por el arquitecto D. Pedro Ispizua, es una construcción bella y armónica, con un excelente aprovechamiento del terreno, a pesar de las dificultades que surgieron durante su construcción (como fue el hundimiento de su estructura en enero de 1941). Allí se trasladaron las clases en febrero de 1942, aunque el pabellón de las clases no se pudo inaugurar hasta un año más tarde.

La vitalidad del Colegio pronto se mostró en frutos como el aumento del número de alumnos y la creación del internado, la integración armónica de muy diversas enseñanzas (desde la Primera Enseñanza al Bachillerato, pasando por el Peritaje Mercantil o la Enseñanza Comercial), los éxitos académicos, el fomento de la educación física y el deporte (con la celebración de los festivales gimnásticos y las carreras ciclistas, o la construcción del complejo deportivo de la carretera de Villalobón), la realización de numerosas actividades extra-escolares (certámenes literarios, festivales musicales) y la creación de grupos que han contribuido a la educación religiosa de los alumnos, como las Congregaciones del Niño Jesús, Mariana o de San Juan Bautista de La Salle, el Grupo Scout “Nubis” o los Grupos de profundización en la fe.

Los años 60 fueron tiempos de renovación espiritual y académica, expresados en el Concilio Vaticano II o en la Ley General de Educación de Villar Palasí. Cambia el modelo educativo, pasando de una “Escuela de los Hermanos” a una “Escuela lasaliana”, con una mayor presencia de profesores seglares en todos los ámbitos. En los últimos años, a partir de las nuevas leyes educativas, se han introducido aspectos como los conciertos educativos, la enseñanza mixta, la modificación y reestructuración de casi todos los locales, la celebración de las Semanas Culturales, la integración de las TICs en las aulas, o la implantación del aprendizaje cooperativo y del bilingüismo… para las cuales el profesorado continúa preparándose con una formación permanente acorde a los nuevos retos que exige la sociedad actual.

En este momento cuenta con un total de 800 alumnos, 48 profesores y una Comunidad compuesta por 5 Hermanos. Tiene 6 aulas de 2º ciclo de Ed. Infantil, 12 de Ed. Primaria, 8 de Ed. Secundaria y 2 de Bachillerato, de las modalidades Ciencias de la Naturaleza y Humanidades. Desde 1903 han pasado por sus aulas más de 12.000 alumnos, 420 religiosos y más de 100 profesores seglares, animados por 24 directores, los HH. Fausto (1903-05), Esperato José (1905-14), Eliseo (1914-20), Aproniano (1920-24), Filiberto Eloy (1924-26), Juan Optato (1926-33), Darío Peña (1933-37 y 1946-51), Octavio María (1937-39), Eliseo Andrés (1939-44), Luis Rubio (1944-46), Alfonso (1951-53), Timoteo García (1953-59), Pedro Valmaseda (1959-62), Julián Urraca (1962-67), Félix Pinedo (1967-74), Abelardo (1974-76), Xosé Martínez Reboiras (1976-79), Arsenio Carpintero (1979-84), Julián Tejedor (1984-89), Fco. Javier Riaño (1989-95), Antonio Ezquerra (1995-01), Andrés Corcuera (2001-03), José Antolínez (2003-09) y D. Fco. Javier del Valle (2009-16) , Javier Abad (2016-23) y el actual D. Juan Antonio Rojo (2023-…).

La labor lasaliana en Palencia se amplió en 1990 con la apertura de una nueva obra en el barrio de Pan y Guindas, el Centro Educativo “La Salle Managua”, que continúa en la actualidad ofertando diversos módulos de Formación Profesional en las especialidades de Fabricación y montaje, Servicios comerciales, Cocina y restauración y Peluquería y estética.