Instalaciones del centro

¡Conoce los diferentes espacios que integran el centro a través de nuestro tour virtual 360!

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En 1941 se compró un solar en la confluencia de las calles Colón y San Bernardo, que era propiedad de las religiosas Bernardas –si bien el solar había sido fundado en 1580 por Santa Teresa para establecer allí un monasterio carmelita–, en el que se levantó el actual edificio que hoy alberga al Centro. Diseñado por el arquitecto D. Pedro Ispizua, es una construcción bella y armónica, con un excelente aprovechamiento del terreno, a pesar de las dificultades que surgieron durante su construcción (como fue el hundimiento de su estructura en enero de 1941). Allí se trasladaron las clases en febrero de 1942, aunque el pabellón de las clases no se pudo inaugurar hasta un año más tarde.

En 1941 se compró un solar en la confluencia de las calles Colón y San Bernardo, que era propiedad de las religiosas Bernardas –si bien el solar había sido fundado en 1580 por Santa Teresa para establecer allí un monasterio carmelita–, en el que se levantó el actual edificio que hoy alberga al Centro. Diseñado por el arquitecto D. Pedro Ispizua, es una construcción bella y armónica, con un excelente aprovechamiento del terreno, a pesar de las dificultades que surgieron durante su construcción (como fue el hundimiento de su estructura en enero de 1941). Allí se trasladaron las clases en febrero de 1942, aunque el pabellón de las clases no se pudo inaugurar hasta un año más tarde.

La vitalidad del Colegio pronto se mostró en frutos como el aumento del número de alumnos y la creación del internado, la integración armónica de muy diversas enseñanzas (desde la Primera Enseñanza al Bachillerato, pasando por el Peritaje Mercantil o la Enseñanza Comercial), los éxitos académicos, el fomento de la educación física y el deporte (con la celebración de los festivales gimnásticos y las carreras ciclistas, o la construcción del complejo deportivo de la carretera de Villalobón), la realización de numerosas actividades extra-escolares (certámenes literarios, festivales musicales) y la creación de grupos que han contribuido a la educación religiosa de los alumnos, como las Congregaciones del Niño Jesús, Mariana o de San Juan Bautista de La Salle, el Grupo Scout “Nubis” o los Grupos de profundización en la fe.

La vitalidad del Colegio pronto se mostró en frutos como el aumento del número de alumnos y la creación del internado, la integración armónica de muy diversas enseñanzas (desde la Primera Enseñanza al Bachillerato, pasando por el Peritaje Mercantil o la Enseñanza Comercial), los éxitos académicos, el fomento de la educación física y el deporte (con la celebración de los festivales gimnásticos y las carreras ciclistas, o la construcción del complejo deportivo de la carretera de Villalobón), la realización de numerosas actividades extra-escolares (certámenes literarios, festivales musicales) y la creación de grupos que han contribuido a la educación religiosa de los alumnos, como las Congregaciones del Niño Jesús, Mariana o de San Juan Bautista de La Salle, el Grupo Scout “Nubis” o los Grupos de profundización en la fe.