Carácter Propio - La Salle Palencia

Misión, visión y valores

El Carácter Propio de las Obras Educativas La Salle es un documento que plasma las señas de su identidad. Expresa sus deseos de transformar la sociedad por medio de la educación y recoge los principios que dan sentido a nuestra misión educativa.

Misión, visión y valores

Nuestra misión

El Colegio “La Salle” de Palencia, que pertenece a la Institución de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y a la “Red de Obras educativas La Salle”, es un centro de inspiración cristiana basado en el proyecto educativo lasaliano, cuyo objetivo es la educación integral desde un punto de vista humano y cristiano, junto a la capacitación académica y profesional de los niños y jóvenes, especialmente de los más necesitados y desfavorecidos.

Como Centro lasaliano intenta actualizar el carisma que movió a Juan Bautista de La Salle y a los primeros Hermanos hace más de trescientos años a dedicar sus vidas a la educación cristiana y evangelizar a través de la cultura. Desde ahí desea:

Contribuir a la formación integral de los alumnos, preparándolos para la vida y formando hombres y mujeres que sean verdaderos profesionales y auténticos cristianos, agentes transformadores de la sociedad.
Mantener un alto nivel de competencia cultural, profesional, humana y cristiana para todos los alumnos, así como una atención especial, cercana y diversa para los alumnos más necesitados.
Estar abierto a todo aquel que lo desee, sin limitaciones o distinciones por causa alguna, y abierto al entorno, atento a las demandas del mundo actual y a las necesidades educativas de los niños que llegan a nuestra escuela.
Ser comunidad que educa y se constituye en referencia de fraternidad y comunión, con un ambiente propicio y donde todos se sientan a gusto y lleguen a considerar el Centro como algo propio, orgullosos de su sentido de pertenencia.
Implicar de modo activo a todos los que trabajan en el Centro (profesores, animadores, entrenadores, personal no docente…) para que se sientan educadores y agentes de evangelización.
Buscar la participación de todos los miembros de la Comunidad Educativa, procurando que se sientan responsables y protagonistas de su propia formación, y acogiendo a otros grupos formativos que complementan el desarrollo y la educación de los alumnos.

Contribuir a la formación integral de los alumnos, preparándolos para la vida y formando hombres y mujeres que sean verdaderos profesionales y auténticos cristianos, agentes transformadores de la sociedad.
Mantener un alto nivel de competencia cultural, profesional, humana y cristiana para todos los alumnos, así como una atención especial, cercana y diversa para los alumnos más necesitados.
Estar abierto a todo aquel que lo desee, sin limitaciones o distinciones por causa alguna, y abierto al entorno, atento a las demandas del mundo actual y a las necesidades educativas de los niños que llegan a nuestra escuela.
Ser comunidad que educa y se constituye en referencia de fraternidad y comunión, con un ambiente propicio y donde todos se sientan a gusto y lleguen a considerar el Centro como algo propio, orgullosos de su sentido de pertenencia.
Implicar de modo activo a todos los que trabajan en el Centro (profesores, animadores, entrenadores, personal no docente…) para que se sientan educadores y agentes de evangelización.
Buscar la participación de todos los miembros de la Comunidad Educativa, procurando que se sientan responsables y protagonistas de su propia formación, y acogiendo a otros grupos formativos que complementan el desarrollo y la educación de los alumnos.

Nuestra visión

Las líneas de Visión que definen las líneas maestras que deseamos caractericen nuestra tarea en el Centro a medio plazo (en los próximos 6-7 años), son:

Conseguir que todos los miembros de la Comunidad Educativa asuman el Carácter Propio y este Proyecto Educativo, para asegurar su continuidad.
Lograr un mayor compromiso de implicación y participación de todos los que trabajan en el Centro, con el objetivo de llegar a constituir una Comunidad Educativa Cristiana que sea sostén y garantía de la continuidad de la Misión lasaliana, y asegurar una adecuada atribución de responsabilidades y el relevo en las tareas de liderazgo.
Seguir prestando un servicio con un alto nivel de calidad a nuestros alumnos, dando respuesta a las demandas escolares y extra-escolares de las familias que eligen nuestro Centro y a los retos que nos plantea la sociedad.
Continuar con la implantación y desarrollo de programas de renovación metodológica que nos permitan seguir siendo un centro innovador y puntero, así como de sistemas de Gestión de la Calidad y de evaluación externa.
Atender a las necesidades concretas de los alumnos, conociendo sus situaciones personales y dedicándoles la atención y los recursos necesarios, especialmente a aquellos más desfavorecidos.
Promover la participación de los alumnos en la vida del Centro y su sentido de pertenencia, cuidando el ambiente de convivencia y estableciendo diversos planes y estrategias (asambleas, programas de mediación, órganos colegiados…).
Impulsar la unidad entre los educadores y el trabajo cooperativo, potenciando unas relaciones basadas en los valores humanos y cristianos, para conseguir un clima de trabajo y motivación.
Ser un Centro de referencia en la ciudad por nuestra propuesta pedagógica, por el tipo de relaciones en la Comunidad Educativa y la apertura al entorno que ofertamos.
Optimizar los recursos humanos y materiales del Centro mediante la implantación de procesos de gestión en la calidad, para conseguir su autofinanciación y autogestión, y contribuir así a la participación en la “Red de Obras educativas La Salle”.

Las líneas de Visión que definen las líneas maestras que deseamos caractericen nuestra tarea en el Centro a medio plazo (en los próximos 6-7 años), son:

Conseguir que todos los miembros de la Comunidad Educativa asuman el Carácter Propio y este Proyecto Educativo, para asegurar su continuidad.
Lograr un mayor compromiso de implicación y participación de todos los que trabajan en el Centro, con el objetivo de llegar a constituir una Comunidad Educativa Cristiana que sea sostén y garantía de la continuidad de la Misión lasaliana, y asegurar una adecuada atribución de responsabilidades y el relevo en las tareas de liderazgo.
Seguir prestando un servicio con un alto nivel de calidad a nuestros alumnos, dando respuesta a las demandas escolares y extra-escolares de las familias que eligen nuestro Centro y a los retos que nos plantea la sociedad.
Continuar con la implantación y desarrollo de programas de renovación metodológica que nos permitan seguir siendo un centro innovador y puntero, así como de sistemas de Gestión de la Calidad y de evaluación externa.
Atender a las necesidades concretas de los alumnos, conociendo sus situaciones personales y dedicándoles la atención y los recursos necesarios, especialmente a aquellos más desfavorecidos.
Promover la participación de los alumnos en la vida del Centro y su sentido de pertenencia, cuidando el ambiente de convivencia y estableciendo diversos planes y estrategias (asambleas, programas de mediación, órganos colegiados…).
Impulsar la unidad entre los educadores y el trabajo cooperativo, potenciando unas relaciones basadas en los valores humanos y cristianos, para conseguir un clima de trabajo y motivación.
Ser un Centro de referencia en la ciudad por nuestra propuesta pedagógica, por el tipo de relaciones en la Comunidad Educativa y la apertura al entorno que ofertamos.
Optimizar los recursos humanos y materiales del Centro mediante la implantación de procesos de gestión en la calidad, para conseguir su autofinanciación y autogestión, y contribuir así a la participación en la “Red de Obras educativas La Salle”.

Nuestros valores

Los valores que sostienen el Colegio, y que a la vez queremos transmitir a nuestros alumnos, vienen definidos en el “Carácter Propio de los Centros La Salle” (págs. 9-10) donde se explicita de manera concreta cómo pretendemos poner en práctica la fe, el servicio y la comunidad, las tres fuentes que alimentan nuestra actividad cristiana y lasaliana diaria. Son seis valores concretos (responsabilidad, creatividad, convivencia, justicia, interioridad y trascendencia) pero entendidos de manera amplia, de forma que engloban otros muchos que intentamos trabajar de manera continua.

Responsabilidad: Ayudamos a los alumnos a tomar decisiones coherentes con sus valores y creencias, conscientes de las obligaciones y consecuencias que de ello se derivan.Los alumnos encuentran oportunidades para ejercer este valor en la fidelidad a la palabra dada, en el trabajo personal, en la participación en la vida escolar, en el cumplimiento de las normas consensuadas, en el desarrollo de hábitos de orden y puntualidad…
Creatividad: Contribuimos al crecimiento personal estimulando la capacidad de creación, de iniciativa y de ver las cosas de forma diferente. Los alumnos encuentran ayudas para alcanzar la autonomía, la resolución de problemas, el desarrollo de la originalidad, la intuición y el espíritu crítico, que les permitan tener una amplitud de miras, flexibilidad de pensamiento, aprecio por la dimensión estética y capacidad de establecer metas y proyectos.
Convivencia: Impulsamos la aceptación mutua, el trabajo en equipo, las relaciones fraternas, la confianza, la comunicación, y el respeto de las opiniones y toda creencia, siempre que se respeten los Derechos Humanos, los valores cristianos y los principios democráticos. Los alumnos aprenden a respetar la diversidad y singularidad de cada uno, la apertura hacia personas e instituciones, la participación en el ejercicio democrático, el desarrollo de la amistad y el aprecio de la propia cultura.
Justicia: Favorecemos la adquisición de una conciencia social, de hábitos y actitudes de servicio, de ayuda gratuita y de adhesión a proyectos solidarios. Insistimos en la importancia de la paz, la ecología, la cooperación y el voluntariado. Los alumnos aprenden juntos a tomar conciencia de las injusticias sociales y a comprometerse en favor de una sociedad más justa y fraterna.
Interioridad: Potenciamos experiencias que permiten la expresión de vivencias y sentimientos, la reflexión, la sinceridad, la capacidad de empatía y admiración, la valoración del silencio, el desarrollo de la autoestima y el deseo de autenticidad. Los alumnos encuentran en el Centro un lugar para la experiencia donde comprender e interpretar los hechos, interiorizar lo que sucede en el mundo y construir un proyecto de vida en el que integren en un todo armónico las ideas, las creencias, los valores y los comportamientos.
Trascendencia: Optamos por un modelo educativo abierto a la Trascendencia, porque creemos en el valor transformador de la fe y en el poder educativo del Evangelio. Los alumnos tienen contacto con este valor a través del ambiente fraterno, el diálogo entre la fe y la cultura y el anuncio explícito del mensaje de Jesús de Nazaret.

Todo ello queda explicitado en nuestros dos documentos-base que puedes consultar:

El “Carácter propio de los Centros La Salle”
El Proyecto Educativo de Centro

Responsabilidad: Ayudamos a los alumnos a tomar decisiones coherentes con sus valores y creencias, conscientes de las obligaciones y consecuencias que de ello se derivan.Los alumnos encuentran oportunidades para ejercer este valor en la fidelidad a la palabra dada, en el trabajo personal, en la participación en la vida escolar, en el cumplimiento de las normas consensuadas, en el desarrollo de hábitos de orden y puntualidad…
Creatividad: Contribuimos al crecimiento personal estimulando la capacidad de creación, de iniciativa y de ver las cosas de forma diferente. Los alumnos encuentran ayudas para alcanzar la autonomía, la resolución de problemas, el desarrollo de la originalidad, la intuición y el espíritu crítico, que les permitan tener una amplitud de miras, flexibilidad de pensamiento, aprecio por la dimensión estética y capacidad de establecer metas y proyectos.
Convivencia: Impulsamos la aceptación mutua, el trabajo en equipo, las relaciones fraternas, la confianza, la comunicación, y el respeto de las opiniones y toda creencia, siempre que se respeten los Derechos Humanos, los valores cristianos y los principios democráticos. Los alumnos aprenden a respetar la diversidad y singularidad de cada uno, la apertura hacia personas e instituciones, la participación en el ejercicio democrático, el desarrollo de la amistad y el aprecio de la propia cultura.
Justicia: Favorecemos la adquisición de una conciencia social, de hábitos y actitudes de servicio, de ayuda gratuita y de adhesión a proyectos solidarios. Insistimos en la importancia de la paz, la ecología, la cooperación y el voluntariado. Los alumnos aprenden juntos a tomar conciencia de las injusticias sociales y a comprometerse en favor de una sociedad más justa y fraterna.
Interioridad: Potenciamos experiencias que permiten la expresión de vivencias y sentimientos, la reflexión, la sinceridad, la capacidad de empatía y admiración, la valoración del silencio, el desarrollo de la autoestima y el deseo de autenticidad. Los alumnos encuentran en el Centro un lugar para la experiencia donde comprender e interpretar los hechos, interiorizar lo que sucede en el mundo y construir un proyecto de vida en el que integren en un todo armónico las ideas, las creencias, los valores y los comportamientos.
Trascendencia: Optamos por un modelo educativo abierto a la Trascendencia, porque creemos en el valor transformador de la fe y en el poder educativo del Evangelio. Los alumnos tienen contacto con este valor a través del ambiente fraterno, el diálogo entre la fe y la cultura y el anuncio explícito del mensaje de Jesús de Nazaret.

Todo ello queda explicitado en nuestros dos documentos-base que puedes consultar:

El “Carácter propio de los Centros La Salle”
El Proyecto Educativo de Centro